lunes, 19 de mayo de 2008

FANTASIAS DE JUVENTUD...

Mi amiga de juventud, tenia un padre que estaba como un queso.

Él era muy simpático , y a mí me trataba como si fuera su otra hija.

Un fin de semana de los que subí a su chalet, sucedió lo siguiente: Era domingo ya, y yo estaba dormida en la cama.

Era verano y hacía calor, así que yo me acosté con una camisetita y las bragas.

Mi amiga me despertó muy temprano porque quería bajar al pueblo de compras con su madre. Yo estaba cansada porque la noche del sábado la pasamos en vela hablando de chicos y la dije que se marchara ella con su madre, que yo seguiría durmiendo.

Ella y su madre se fueron y yo me quedé en la cama.

Lo cierto es que ya no pude volverme a dormir, y me quedé en la cama boca abajo descansando.

A la media hora, subió su padre a la habitación y preguntó en bajito por ella.

Yo me hice la dormida, y mientras él comprobaba que Mari no estaba susurró: ¿Estás dormida? Yo no dije nada, pero el padre de mi amiga no se fue.

Bajo mi sorpresa, él apartó la sábana de mi cuerpo con mucho sigilo, dejando mi culito al aire.

El corazón me dio un vuelco, pero yo seguía haciéndome la dormida muy bien.

Pasaron dos o tres minutos quizá en que él tuvo que estar recreándose con mi culo, y viendo mis braguitas blancas de semi tanga.

Noté como él se recostaba en la cama, y pasaba suavemente su mano por mis piernas.

Aquello me excitó, pero decidí seguir sin hacer ruido.

Él se fue acercando más a mí hasta que noté su paquete hinchado cerca de mi culito.

Yo me moví un poco hacia atrás para notarlo mejor.

Él entonces empezó a frotarse contra mí de manera muy suave.

Aquello me puso a mil, pero seguía haciéndome la dormida.

Oí cómo con una mano se desabrochaba el cinturón, mientras que con la otra pasó de acariciarme el muslo a pasar su mano por debajo de mis braguitas, comprobando mi humedad latente. Después de que se hubiera bajado pantalones y calzoncillos hasta la rodilla, metió su verga bajo mis braguitas, notando su contacto en mi culo, pero sin meterla.

Comenzó a subir y bajar por los exteriores de mi ano mientras que me metía un dedo en mi coño viscoso.

Yo empecé a gemir suavemente, aunque ya él advirtió que yo no estaba dormida.

Él, me quitó despacio las braguitas, me puso boca abajo de nuevo y comenzó a comerme mi almeja de manera que mi cuerpo se estremecía cada vez que su lengua rozaba mi clítoris, y así también tenía acceso a mi culito.

Yo me estaba haciendo la dormida, pero no podía controlar mis espasmos.

Su lengua era larga y a menudo la metía hasta encontrar sitios placenteros.

Cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, paró y se quitó del todo la ropa.

Se tumbó encima de mí de tal manera que la punta de su glande tocaba los labios de mi vagina. Yo quería que me la metiese, pero él no hacía fuerza y jugaba en mi rajita.

Aquello me desesperaba de placer y me ponía ansiosa, pero yo no le decía nada porque se suponía que estaba durmiendo.

Después de jugar un minuto rondando mi agujero, embistió con fuerza, su verga entró deslizándose y encajando perfectamente, porque yo estaba mojadísima, como nunca lo he estado. Aquello fue un placer enorme, tanto que se me saltaban las lágrimas y tuve que gemir bastante más fuerte.

Estuvo embistiendo fuerte alternando con salirse y apoyar su verga en mis labios intentando no meterse.

La última vez que lo hizo, yo empujé para abajo con fuerza para que entrara, lo que hizo sin dificultad, y entonces me folló muy de prisa durante unos minutos más.

Yo ya me había ido dos veces no pudiendo contener un grito fuerte que ya no me importó, entonces él empezó a hurgar en mi culito con su dedo corazón.

Yo ya estaba temblorosa, y le dije que lo hiciera.

Metió muy despacio su dedo en mi culo mientras continuaba follándome con su verga.

Su dedo entraba y salía dándome nuevo placer, gritando tan fuerte que debió oírme medio pueblo.

Él seguía esmerándose tanto con el dedo, que tuve un tercer orgasmo de placer por el ano y después de cinco minutos más, sacó su verga de mí, me dio la vuelta y se corrió en mi cara, notando su chorro fluir por mi boca y por mi pelo.

Después se quedó tumbado en la cama, acariciándome y me comentó que no se lo dijera a nadie que no nos hacía bien a nadie.

Al poco rato se fue a la ducha y me dio una toalla para que me limpiase un poco porque solo había un baño.

Yo me vestí rápidamente, aireé la habitación y bajé al salón, justo cuando mi amiga y su madre entraban por la puerta.

Venían con bolsas de compra y ella me invitó a subir a su cuarto para enseñarme una blusa que le había comprado su madre.

Cuando subimos y estábamos más juntas en su cuarto, me dijo: ¡Hueles a hombre! a lo que yo repliqué:

¡Bah serán imaginaciones tuyas!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has hecho recordar otras fantasías que también viví en mi juventud. Creo que en aquella época este tipo de experiencias nos resultaban mucho más fascinantes por aquello de ser la primera vez... Después con el tiempo la cosa se iba complicando y hasta terminabas un poquito frustrada, porque los hombres, en general son demasiado aburridos y no saben hacernos disfrutar al máximo...
Besos multicolores de nuestra parte.

Leira dijo...

Hola, vi tu comentario en mi blog y decidi pasearme un rato por el tuyo y me encontre con un muy buen blog de relatos eroticos(que me encantan)y comentarios de actualidad. Ahora me veo en la obligacion de preguntarte, sin ofender, si los relatos son de tu autoria? Si es asi felicito tu creatividad, y si no igual te felicito por la seleccion.
Ya mismo te estoy colocando como blog amiga.
A y gracias por dejar el comentario.

Nobel prize blogger dijo...

Hola Spansuls

Nuestro equipo ha considerado tu blog para integrar el top100-Blogs de España. Si aceptas esta designación pásate por nuestra web, deja tus datos y recoge nuestro banner.

Atento saludo:

NPB-team

Anónimo dijo...

Hola por aquí..
Vengo a dejarte mis saludos y a recrearme en tu sensual rincón...Besos