viernes, 4 de abril de 2008

HISTORIA CON PEPA 5 Y FINAL

Juntos, labios y lengua, atraparon su clítoris. Como si pepa conociera sus gustos más secretos, sus placeres más ocultos, empezó a chupar y lamer al mismo tiempo, con una suavidad exasperante y una cadencia cada vez más creciente, hasta que spansulslasciva sintió el inconfundible cosquilleo que baja desde los costados de la cabeza y recorre todo el cuerpo, haciendo temblar el vientre y tensar el torso y curvar las palmas de los pies, anunciando el estallido final del orgasmo.Cuando spansulslasciva se corrió, sintió que se mojaba toda, como si se hubiese hecho pipí encima. A pepa aquello no pareció importarle, porque siguió allí, lamiendo y besando, tomándose todos sus jugos, obligándola a continuar con el orgasmo y aminorando su intensidad lentamente y con ternura.spansulslasciva recordaría vagamente haber mordido primero su propia mano y después una almohada para apagar los gritos que debían escucharse en todo el edificio, mientras su otra mano tiraba el pelo húmedo de pepa, como si al mismo tiempo quisiera hundir más su cara entre sus piernas o que la sacara para terminar de una vez con esa incontrolable sensación de estar fuera de uno mismo.Sólo cuando las convulsiones de su cuerpo se apagaron y el temblor de su vientre se transformó en leve agitación, pepa se incorporó y spansulslasciva pudo observarla en toda su radiante belleza.La piel blanca. Las tetas erguidas y llenas, salpicadas de pequeñas pecas, la cintura fina, el vientre liso y la mata de vello, escondiendo su sexo perfecto y tan chiquito como el de una adolescente.Entonces fue el turno de spansulslasciva de dar placer.La besó en la espalda y bajó hasta sus nalgas paradas. Con suavidad la tendió boca abajo en la cama, separó esos dos montículos perfectos y hurgó con su lengua en su pequeño orificio prohibido... y siguió. spansulslasciva aprendió ese día que el lenguaje de los cuerpos no se estudia, ni se prepara ni se ensaya.spansulslasciva se dejo llevar por la pasión, y pepa también tuvo su cuota de placer. Y sus gemidos apagados encendieron cada vez más la lujuria de spansulslasciva y sus manos fueron hábiles en la tarea de acariciar, pellizcar, penetrar y frotar. Su lengua fue pluma y trépano a la vez, hasta que el cuerpo de pepa se tensó como un arco y su orgasmo estalló obligándola a apretar su cabeza entre los muslos de su amante.Jadeantes, transpiradas y húmedas, se tendieron en la cama de dos plazas y siguieron acariciándose durante un largo rato.-¿Por qué esperamos tanto tiempo? -preguntó pepa, incorporándose y acercando su boca a la de spansulslasciva.-No lo sé
-contestó spansulslasciva, los labios entreabiertos, jadeante.
-Pues entonces tenemos que recuperar el tiempo perdido -agregó ella, y volvieron a empezar.

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