martes, 1 de abril de 2008

HISTORIA CON PEPA 1

Entre spansulslasciva y pepa siempre hubo onda. De eso no cabía ninguna duda. Mejor dicho, no les cabía la menor duda. El caso es que pasaba el tiempo y ni una ni otra se animaba a dar ese saltito trascendental que transforma la fantasía en realidad.spansulslasciva trabajaba en finanlascive desde hacía tiempo y se había ganado -a fuerza de trabajo duro- su puesto de privilegio en la compañía. No podía ni podría olvidar el día en que la contrataron. Se hacía necesaria una recepcionista-telefonista-secretaria que la asistiera.El pelmazo que hacía las veces de Jefe de Personal la tomó no por lo que pepa era, sino porque él mismo era un pesado y un baboso.Debe admitirse que también era comprensible, ya que pepa era capaz, con su sola presencia, de poner cachondo a un misógino. Y cuando el empalagoso de Personal la acompañó hasta el despacho de spansulslasciva para hacer las presentaciones, se mostraba tan almibarado como un adolescente en primavera. Eso se veía a las claras.-spansulslasciva -dijo, entrando a la oficina sin golpear, como era su costumbre-. Te presento a pepa, que será tu asistente.spansulslasciva levantó la vista del listado de estadísticas de ventas y la vio ahí, parada al lado del pelma. Toda vestida de negro, con ese aire entre teenager y punk, de jovencita superada. El cabello ensortijado de un brillo intenso y los ojos más vivaces, inteligentes y misteriosos. Todo a la vez.-pepa -creyó oportuno agregar el pequeño dictador-, ella es spansulslasciva.-Hola -fue todo lo que dijo ella.-Hola -fue todo lo que se le ocurrió contestar a spansulslasciva.Acto seguido, como atraídas por un imán invisible, se tocaron por primera vez. spansulslasciva se levantó de su sillón, dio la vuelta al escritorio y pepa se acercó, ignorando por completo al baboso, que ni siquiera advirtió que las dos íban la una hacia la otra como en cámara lenta, mirándose a los ojos, sonriendo e intuyendo quizás que el destino había decidido cruzar sus caminos.Se dieron el primer beso. El muy zoquete tenía su atención concentrada en mirar la trasera de pepa, parada, firme, casi insolente, enfundada en jeans negros.Lo que el muy zoquete no advirtió fue cómo se dieron ese primer beso.¿Casualidad?Las casualidades no existen.¿Nerviosismo?Ni spansulslasciva ni pepa estaban nerviosas.Ambas sabíamos lo que estábamos haciendo al dirigir las mejillas y las bocas al lugar indicado. Fue un beso dulce, que juntó las comisuras de los labios de spansulslasciva y pepa en un instante, pero que a spansulslasciva le pareció interminable.

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