lunes, 24 de marzo de 2008

PASO EL SABADO...

Hoy he conocido a alguien muy interesante, me ha explicado una anécdota de su vida y la quiero relatar, me puso super caliente, y terminamos follando como animales en el coche, y despues en casa, en el garaje y el ascensor, bufff....menudo finde me ha brindado este semental...
El es un hombre, casado y residente en Madrid, En ningún momento hablamos de si tenía hijos, aunque eso tampoco es muy importante. Mi nuevo amigo, es un entusiasta de Internet, y disfruta de la compañía de varias amigas con las que suele tener calentísimas secciones de sexo. Una de esas amigas es valenciana, (la llamaremos Sofía) quizás su preferida, es de su misma edad también casada, y con una carrera liberal que le da facilidad de movimientos. Se conocieron en un Chat, y desde entonces han mantenido una ciber-relación súper caliente, con el tiempo necesitaron más, y el teléfono fue testigo de sus jadeos, suspiros y hasta gritos al llegar a unos orgasmos impresionantes.Necesitaban verse, era el momento de llevar a la práctica, todas las fantasías que habían realizado dentro de sus mentes, conocían sus cuerpos por alguna fotografía, pero después de tanta calentura ya no les bastaba, pero por más que lo pensaban nunca encontraban el momento. Por fin, un día ella le dijo que tenía que realizar un pequeño viaje a Madrid, y pensaron que era el momento indicado de conocerse. Ramón súper emocionado, lo organizó todo para pasar una noche memorable, reservó mesa en un restaurante, le compró unas flores, y con el corazón latiéndole desaforadamente, se fue a recibirla a la estación de Atocha. La acompañó a su hotel a dejar el equipaje, y seguidamente se fueron a cenar. Ramón había elegido para su encuentro un restaurante pequeño, y no muy concurrido por lo cual cuando ellos llegaron estaban prácticamente solos, eligieron una mesa discreta en un rincón y se dispusieron a disfrutar de una agradable cena, como preludio de la placentera noche que ellos imaginaban.Sofía estaba guapísima, vestía una blusa de manga corta y una falda larga, sus zapatos eran de tacón y como era a principios de Junio no llevaba medias. A pesar de los muchos meses que hacía que se conocían, al principio estaban cohibidos, no era lo mismo decirse las cosas a través de Internet, donde todas las emociones se multiplican, que cara a cara, donde el nerviosismo del momento, a veces te hace tartamudear, y otras veces incluso te deja mudo.Con las primeras cervezas se fue rompiendo el hielo, la conversación se fue decantando al tema del sexo, recordando las muchas anécdotas de sus conversaciones, las tardes de calenturas, en las que ella en solitario se masturbaba, mientras él en el trabajo luchaba por no manchar los pantalones, (cosa que muchas veces no conseguía).El alcohol empezó a hacer más audaz a Ramón, y quiso poner en práctica una de sus fantasías, quizás la más reciente, o quizás la que a él más le excitaba. Se descalzó y sin dejar de hablar en ningún momento, ni separar la mirada de sus ojos, empezó a acariciar sus piernas con el pie derecho, poco a poco, vio su gesto de sorpresa al principio, pero se dio cuenta que no le desagradaba, su pie se hizo más audaz y comenzó a subir por las rodillas, por los muslos, sin interrumpir la conversación en ningún momento, seguía pendiente de su mirada, y a ella le brillaban los ojos, continuaban recordando sus experiencias, como el día que él estaba empalmado y llegó la directora……Su pie se deslizaba por entre los muslos, y ella poco a poco iba abriendo las piernas para facilitarle la llegada, Su dedo gordo había llegado hasta el coño, y por encima del tanga lo acariciaba, sintiendo su calor y la humedad que atravesaba la fina tela.Los interrumpe el camarero para traer el segundo plato, Ramón rápidamente baja su pie, aunque con el largo mantel era imposible que nadie viese nada. En ese momento ella se levanta y aprovecha para ir a los servicios. El la espera, sin poder levantarse tiene una erección impresionante, y por más que intenta colocarlo con la mano dentro del bolsillo, su pene tiene vida propia y se mantiene firme y recto como un palo.Enseguida ella vuelve del aseo, pasa por detrás de Ramón, toma su cabeza entre sus manos y le besa largamente, introduciendo la lengua en su boca, mientras su mano desliza algo en el bolsillo de su chaqueta. Él lo coge intrigado, un tanga negro, húmedo aparece en su mano, lo huele deleitándose con su aroma, y lo vuelve a guardar.Ella volvió a sentarse en la mesa, ahora ya sin trabas que impidan la llegada de su pie al centro de su sexo, el dedo grueso se introducía en su interior y el resto del pie frotaba su clítoris, seguían hablando como si no estuviese pasando nada, interrumpidos ocasionalmente por un suspiro o un gemido incapaz de contener, su mirada se hacía vidriosa, el otro pie de Ramón acariciaba sus muslos, y bajo él, sentía como sus músculos se tensaban, las manos de Sofía se aferraban a la mesa, incapaz de soportar la tensión acumulada, mordió la servilleta para evitar un chillido, y Ramón sintió en su dedo las contracciones de un orgasmo bestial.Se quedó relajada, recuperando la respiración poco a poco y volviendo a la normalidad su ritmo cardíaco. Pidieron la cuenta y después de pagar Ramón seguía con una erección de caballo, con la mano izquierda dentro del bolsillo se sujetaba el pene, pues era imposible salir sin que todos se diesen cuenta.Llegaron al coche, lo habían aparcado en una zona con poca luz, en realidad era una barriada apartada, nada más entrar Sofía desabrochó el pantalón de Ramón, y su ansioso aparato salió disparado como si buscase aire. Ella se agachó y lo tomó entre sus labios, lamiéndolo desde los testículos a la punta, lenta, muy lentamente, mordisqueando el glande, rojo, brillante, las primeras gotas de su excitación asomaban tímidamente por el orificio, Y Sofía las lamía golosamente. Incapaz de aguantar más la excitación, Ramón se corrió en su boca, se le escapaba el semen por la comisura, y ante su sorpresa, ella se afanaba en engullir para que no se perdiese ni una sola gota.De momento, satisfechos y saciados los dos, tranquilamente volvieron al hotel. Era temprano, apenas las doce de la noche, sabían que era muy posible que este fuese su único encuentro, y aún no habían explorado totalmente sus cuerpos, y en verdad se tenían ganas, todo lo anterior había sido un aperitivo a la espera del plato fuerte. Entraron en la habitación, desnudándose el uno al otro, la ropa quedaba tendida por el suelo en un reguero que llegaba a la cama, Sofía se tumbó en ella, y Ramón de rodillas en el suelo se apoderó su sexo, deleitándose en él, con un ansia que parecía, que se lo iba comer por completo, su lengua recorría la cavidad, introduciéndose hasta lo más profundo de su sexo, lamiendo cada uno de sus pliegues y sorbiendo cada gota de sus fluidos, los gemidos de Sofía eran constantes, agarraba las sabanas de la cama y las mordía en un inútil intento de ahogar los chillidos que salían de su garganta al sentir los fuertes trallazos de un orgasmo interminable.Al sentir como se retorcía en sus labios, Ramón se puso de pie y cogiendo las piernas de Sofía las puso sobre sus hombros, de un rápido empujón introdujo totalmente su pene en la húmeda cavidad, sintiendo en su verga los espasmos de su orgasmo, con rápidos bombeos se vació dentro de ella. Quedaron exhaustos sobre la cama, uno al lado del otro, la mano de Ramón todavía se atrevía a descansar sobre el pecho de ella, pero ya no les quedaba fuerza para una nueva batalla. Se quedaron dormidos, Ramón se despertó en la madrugada, ella dormía desnuda como una diosa, su mujer le esperaba,le dio1 beso y salió de la habitación sin hacer ruido. Había sido una noche memorable, ahora vuelta a la rutina diaria, su casa, su trabajo, y como no….. sus calientes tardes de Internet.

3 comentarios:

Penedictor dijo...

Si estuviste el sábado con esas medias esos zapatos y esa postura, no me sorprende nada de lo que cuentas.

BELMAR dijo...

hermoso culo!

Unknown dijo...

tremendo culo